«No sólo buenas intenciones: Las Ciencias Sociales a la UTI»

 

Lic. Mariana Pedace
En los últimos años, los profesionales de los Cuidados Críticos focalizaron parte de su interés en torno a los factores subjetivos de la Unidad. De esta manera, las experiencias emocionales, el estrés, la empatía y los vínculos entre los miembros que la integran fueron algunos de los tópicos que empezaron a estar en el centro de la escena.

El avance vertiginoso de la biotecnología acarreó valiosos e incuestionables beneficios pero, al mismo tiempo, dejó relegada la reflexión sobre los aspectos «invisibles» del sufrimiento humano. El entusiasmo por recuperarlos, en algunos casos, provocó un descuido de la rigurosidad científica con que se abordó el tema, lo cual se puso de manifiesto, por ejemplo, en la elaboración de pautas o programas que no exigirán mayor validación para ser implementados que resultar “evidentes” a la vivencia cotidiana de cualquier persona.

La salud mental es un tema tan sensible y complejo como la enfermedad crítica. A ningún miembro de la UCI se le ocurriría tratar a un paciente ingresado sólo desde el sentido común, ¿por qué hacerlo con los aspectos subjetivos entonces?. Es cierto que el riesgo de actuar de esta forma no es una descompensación física severa o la muerte inminente de un ser humano pero, ¿conocemos cuál es el impacto a mediano y largo plazo de estas medidas bienintencionadas?. Numerosos trabajos demuestran el aumento de la prevalencia de trastornos mentales, las alteraciones cognitivas y funcionales luego del alta de la Terapia Intensiva. La relevancia del tema amerita recurrir a disciplinas científicas capaces de hacer aportes serios al manejo de los aspectos psicológicos e interpersonales de la comunidad de Pacientes Críticos tales como la psicología, la antropología y la sociología, entre otras. Las mismas pueden brindar herramientas a los profesionales intensivistas para:

–  Realizar un diagnóstico a nivel individual, familiar e institucional de la Unidad, relevando los principales necesidades y conflictos,

–  Efectuar intervenciones dirigidas a favorecer la adaptación, la comunicación, la resolución de problemas y el bienestar de los pacientes, familiares y personal de la Terapia.

–  Analizar los estilos discursivos y su incidencia en los usos y prácticas habituales.

–  Gestionar trabajos de investigación y ofrecer un programa docente acorde a los objetivos del servicio y la organización en la que está inserto.

Las disciplinas de la salud son humanísticas por excelencia y no necesitan serlo aún más. El compromiso con los factores subjetivos debe asumirse con actitud científica y esto requiere abrir las puertas al bagaje de conocimientos y herramientas desarrollados por las Ciencias Sociales.

Por favor, dejanos tus comentarios más abajo!
No olvides seguirnos en Twitter y también participar de la discusión #experiencias_uti
Este espacio es de todos!

Seguínos en Twitter



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *